Mauricio Zelada, asesor experto en la elaboración de los Términos de Referencia para la consultoría "Levantamiento y Consolidación de Normativas y Vías para la Facilitación de la Plataforma Logística de la Región de Arica y Parinacota"
Abogado y académico en varias universidades capitalinas, Mauricio Zelada destaca su experiencia en dos áreas, comercio exterior y asesor legislativo en el ámbito económico y comercial.
En materia de comercio exterior, fue asesor del Director Nacional de Aduanas durante tres años y luego subdirector del servicio entre los años 2006 y 2009, períodos en los cuales participó en "las más importantes modificaciones que ha tenido la legislación aduanera en los últimos diez años", según indica. Participó activamente en la creación de la ley que reformó el tipo penal de contrabando, en la ley que adecuó las normas chilenas a los acuerdos de la OMC, en las normas que crearon el sistema de protección de propiedad intelectual en frontera, en la readecuación de las normas de procedimiento infraccional en Aduanas, entre otras. Últimamente, le correspondió dirigir el equipo jurídico que trabajó la reforma a la justicia tributaria y aduanera.
En temas legislativos ha asesorado a varios ministros de Estado, fundamentalmente proyectos de ley vinculados al área económica. En esta área ha participado y dirigido la tramitación de proyectos de ley, como el de arbitraje comercial internacional, el de modificación a la ley de quiebras, el de modificación de la ley de defensa del consumidor, el de bosque nativo, y el proyecto de lucha contra la evasión, entre otros. "En mi experiencia en el mundo público me ha tocado trabajar no sólo en áreas propiamente jurídicas sino que también de gestión, y me ha tocado dirigir diversos proyectos de modernización, dentro de Aduana un par de proyectos importantes, como el de agenda normativa, el de operador económico autorizado, y el de carpeta electrónica".
¿Hacia dónde avanza la normativa aduanera y tributaria en Chile?
Primero que nada hay que partir del hecho que Chile ha avanzado mucho en materia de regulación y modernización del sistema de comercio exterior. Eso es una muy buena noticia por un lado, pero una mala noticia por otro. Es una buena noticia porque claramente estamos a un muy buen nivel internacional. La Aduana y el sistema de comercio exterior es reconocido internacionalmente, me ha tocado en varias ocasiones asistir a congresos de comercio internacional y de asociaciones de aduanas y he visto cómo es muy reconocido en Latinoamérica, Norteamérica y Europa. Claramente nos ven muy por sobre otros países vecinos en esa materia, lo que hace que las grandes potencias económicas estén muy disponibles para suscribir acuerdos con Chile, dado lo anterior, y porque los chilenos tenemos cierta fama de ser cumplidores en lo que prometemos.
Ahora, la mala noticia que conlleva esto es que todas las modificaciones que se pueden hacer son modificaciones al margen, es decir todas las modificaciones que van a venir a futuro no son modificaciones revolucionarias, puesto que esa gran revolución se produjo entre 1985 y 2005.Estos fueron los años de las grandes revoluciones en materia de comercio exterior. Si nos fijamos hoy día tenemos acuerdos internacionales prácticamente con todo el mundo, no hay ejes mundiales con los cuales no tengamos estos convenios internacionales, tenemos con el Norte de América, con Europa, Asia (con varias potencias y además con la región), etc.. Entonces, todo es mejorar más o menos lo que ya tenemos, pues las grandes revoluciones que significaron reenfocar las ópticas de desarrollo de este país se produjeron en este período.
Lo anterior no significa que esas modificaciones, que van a ser marginales a este gran proceso, sean poco importantes. Aún se pueden hacer mejoras muy importantes, pero creo que, en general, la visión que se aprecia en los gobiernos anteriores y en el actual, es que el sistema de comercio exterior en Chile funciona bien y, por lo tanto, no requiere de mejoras tan importantes. En ese sentido digo que "no es una buena noticia", porque es como el niño aplicado del curso, el profesor centra su atención en los que tienen que mejorar para que suban su nota, pero del que saca siete ya el profesor no se preocupa. El comercio exterior es el que se ha estado sacando siete en los últimos veinte años en Chile. Me parece imprescindible volver a creer que es posible hacer las cosas aún mejores.
¿En qué ámbitos o sentidos podrían cursar algunas mejoras? ¿Flexibilizar ciertas rigideces?
El sistema de comercio exterior es un sistema muy regulado. Si a lo anterior le agregamos el hecho que Chile es un "país isla" (como Nueva Zelanda, por ejemplo), y estos países isla tienen la peculariedad de tener una sanidad fito y zoosanitaria de muy alto estándar, y así ocurre en Chile efectivamente, creo que es difícil pensar que se relajen las exigencias en este ámbito para el ingreso de mercancías al país.
Sin embargo, si me hablas de rigideces pienso que una de las cosas en que se podría avanzar es en la integración de la cadena logística. Hay aquí un tema en el que se puede avanzar, y en el que otros países han avanzado y les ha ido muy bien en esa línea. Nosotros tenemos hoy día un sistema donde no es posible que un transportista, ni grande ni pequeño, pueda tener un acuerdo comercial con un agente de aduanas a efectos de entregar un servicio único al cliente final. Eso es una cosa que hoy se encuentra prohibida por la legislación chilena, eliminar esa prohibición sería un gran avance. Es una prohibición que prácticamente no existe en ninguna parte del mundo, y que existe en nuestro ordenamiento básicamente por el temor de que eso pueda afectar la independencia de los agentes de aduana, pero la verdad tengo la convicción de que eso no es así, eso no afectaría su independencia. Y si en realidad la afectara, ya estaría afectada hoy en día, porque en la práctica los grandes clientes de los agentes de aduana son los "freight-forwarders" o las empreass de carga expresa. Aquí hay un tema que hoy día constituye una rigidez, y de eliminarlo, podría significar un gran punto de desarrollo de la logística en Chile.
Respecto a la funcionalidad, al uso efectivo que se hace de estudios como el que debe resultar de esta consultoría, ¿qué desafíos puede visualizar?
El primer desafío es el de tener un buen producto, y el otro es que ese producto sea efectivamente utilizado. Creo que obtener un buen producto no es tan difícil, es un trabajo importante, es un trabajo que por lo menos en cuanto a revisión de normas es enorme, pero el gran desafío es que este sea un instrumento efectivamente utilizado por las personas a las que está dirigido. Eso en parte también exige definir muy bien a esas personas.
Pienso que si nos equivocamos en cuanto a la definición del usuario final de este producto, es probable que nos equivoquemos en el producto completo. Tenemos que tener la capacidad de definir con mucha claridad a este usuario final, el perfil que tiene y lo que ese usuario final busca en un producto como este. En esto corremos el riesgo de ir mucho más allá, de hacer un trabajo en exceso, o corremos el riesgo de hacer un trabajo en defecto, o bien, corremos el riesgo de hacer un trabajo que vaya por un carril completamente separado de las necesidades del usuario final. Este es un gran problema a tener en cuenta. Por ejemplo el que en algún momento este producto sea traducido al portugués es un tema que a mi juicio es radical. Si es que una de las definiciones que hay es que se quiere que los actores de la macrozona decidan sacar sus productos por el Puerto de Arica, y lo prefieran en relación a otros puertos, y dentro de eso está el sur de Brasil, entonces hay que ponerlo en portugués para que los empresarios del sur de Brasil puedan tener acceso y les sea efectivamente útil.
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